Que raro suena esto.
Hoy fui a mi primera clase de aeróbica fuera del recinto deportivo de la Chile, que permaneció invicto por 77 años, y que fue cerrado finalmente el pasado viernes. Para tristeza de todos e incomododidad de muchos.
Como yo.
Anoche lavé y sequé mi ropa deportiva, para seguir con la vida y la rutina, como si nada (aca no ha pasado nada, no han cerrado nada, la aeróbica sigue y yo, debo seguir en mi camino hacia la regiedad).
Arreglé mi bolso con todo: buzo, toallas, artículos de aseo, cremas, etc.
Y partí, hoy...tipo 11:30...como siempre.
Me perdí en el metro. En la combinación de Sta. Ana con la línea 5, me metí en dirección Quinta Normal, y ni me lo cuestioné. Recordemos que el conservatorio está en Compañía.
Figuraba bajándome en la estación Cumming y cambiándome de andén, cuando ya daban las 12:03 minutos (too fucking late).
Llegué rajá y bajé, sin tampoco cuestionármelo, al tercer subterráneo, donde se supone que serán las clases, de ahora en adelante.
No les voy a negar que cuando me enteré de esta disposición, me cuestioné cosas del tipo: Ventilación del Recinto, o Niveles de Presion debido a la Profudidad y su Incidencia en la Actividad Física.
Susceptibilidades que había que aclarar en terreno.
Me perdí de nuevo, pero ahora dentro del edificio, que es bastante espeluznante en ciertos recovecos y absolutamente laberíntico, es que ni se imaginan. Ni yo tampoco, antes de que se me ocurriera aventurarme a bajar sin preguntarle nada a nadie.
Bajé y bajé, sin siquiera mirar si ya había llegado al subterráneo nº 3.
Llegué a unas extrañas salas absolutamente vacías, con el ruido constante de ¿calderas? o lo que fuese. Era terrible, demás que había una puerta directa al infierno en algún lado... o de más que se me aparecía un mutante de las cloacas.
Sin caer en desesperación, decidí volver a las escaleras, y hacer lo que debí haber hecho apenas llegué: preguntarle al conserje.
Pero resulta que ahora no podía encontrar las escaleras... y súbitamente me sentí en Resident Evil o en Dark Water o en Silent Hill, o en cualquier película de terror que utilice el subterráneo húmedo como subterfugio cliché para asustar.
Me di mil vueltas, hasta que encontré la puerta que daba a las escaleras, que era una puerta idéntica a todas las demás,... una de las razones de mi extravió.
Subí rauda...ni me pregunten que hora era en ese momento, era lo último que me importaba.
De pronto choqué de frente con un chico (ULTRA GUAPO) que llevaba en su espalda un estuche negro (probablemente un violín)...
Me puse más nerviosa que si se me hubiera aparecido Sadako en el subterráneo.
Era guapo, si. Y además tenía bastante más gusto para vestirse que la mayoría de los estudiantes de música, cuyas vestimentas no caben en ningún calificativo, excepto el de souless.
Son ultra talentosos ¿ya?, eso no lo pongo en duda, de hecho los admiro y envidio un poco por tocar la raja un instrumento, pero ¿no han pensado que gran parte de ese talento es porque ocupan el 99% de su tiempo en ensayar y jamás en mirarse al espejo antes de salir de sus casas?...
Tranzan onda por virtuosismo... y que más cool que ser músico la raja y ondero más encima...pero eso lo se yo, que estudié diseño.
En fin, esto es tema para otro post.
Prosigamos. Guapo y su violín...en eso quedé....
Me miró con ojos de huevo frito, y me preguntó que qué cresta andaba haciendo allá abajo.
Traté de explicar, de la manera en que sonara menos hueco, que venía a hacer aérobica al templo de la cultura, en donde todos estudian sus tan artísticas carreras, mientras yo bajo los rollos.
Me dio vergüenza, lo asumo.
Se quedó pensando un segundo y me dijo que no tenía idea de qué le estaba hablando (sonrío maravillosamente) mientras yo quería irme de cabeza a buscar esa puerta al infierno...
Me quedé callada un micro segundo, y le dije que se suponía que el asunto era en el tercer subterráneo.
Bueno, resultó que estábamos parados conversando en el 3 er subterráneo, así es que volvió a sonreir maravillosamente, y me dijo que ya se imaginaba dónde podía ser la clase...
Lo seguí, pensando todo el rato en que lo mejor era subir hasta el casino y tirarme por la ventana.
- Debe ser en la sala del fondo, en la 11 - me dijo con su tb maravillosa voz. Yo sonreí estúpidamente.
- ¿Escuchai el punchipunpunchipun? demás que es ahí - Se río.
Horror.
Música de aeróbica, pensé. Que horrorrrrr, es una blasfemia, mientras que en todas las salas de alrededor habían alumnos prácticando sus increíbles instrumentos, tocando increíbles piezas musicales, yo iba a una clase de aérobica, que contaminaba el ambiente con su espantoso punchipun.
- Aaaah si, demás que es ahí..buueeno, gracias... -
Y huí... a mucho pesar.
Llegué a la sala, que era 1/4 de la sala del centro deportivo.
Estaban las minas ahí, saltando todas apiñadas. Sin steps, sin colchonetas...- Seguramente no las han trasladado todavía - Pensé. Sin embargo es probable que jamás lleguen...tratándose de la U. de Chile.
- Profe, ¿dónde me puedo cambiar?-
- Uuuh, la verdad es que no tengo idea-
La raja esta hueá. No tengo dónde ponerme el buzo y más encima, no saco nada, porque ni siquiera quepo en la sala.
Me fui toda desmoralizada, a desmoralizarme más espiando las salas de ensayo en donde todos tocaban algo diferente...: piano, xilofón, violin, saxo, etc etc etc.
En una sala, me quedé pegada mirando a un grupo de cámara que tocaba una pieza muy barroca con clavicordio, viola da gamba, flauta y bajo continuo...increíble.
Me senté en la escalera de entrada a pensar en mi futuro gimnástico. Y llegué a conclusiones super profundas, que derivan mucho del tema incial, como por ejemplo: me afecta un poco la moral venir al conservatorio, porque en cierto modo, las disciplinas artísticas me tocan un fibra muy sensible, una cierta frustración... que mal elegí mi carrera ... no tendría que estar viniendo a una estúpida clase de aérobica si estudiara danza, .... mi futuro sería tan diferente ... y así...cosas por el estilo.
Le conté esto al Ale, y nos pasa algo super parecido.
Ir al conservatorio sin ser parte de él, es TEMA.
En fin.
Ya enrabiada, estaba tomando mis cosas para irme y ponerle fin a esta nefasta experiencia, cuando de pronto me choco de cara con la persona que tal vez me ha provocado más deseperación en la vida, del tipo de persona que me desesperaaa sólo porque existeeee, por su voz, por cómo habla, ...desesperación kármica.
Tenía que encontrarme con ella, para el broche de oro del día de hoy.
No había nada de qué conversar, así es que la tortura duró menos de lo que esperaba.
Ya en el metro, pensé en que cuando venga el miércoles, prescindiré de casi todo lo que solía llevar al otro gimnasio, porque no hay duchas ni nada...
Buscándole el lado bueno a todo esto, por lo menos el bolso irá más liviano.
Hoy fui a mi primera clase de aeróbica fuera del recinto deportivo de la Chile, que permaneció invicto por 77 años, y que fue cerrado finalmente el pasado viernes. Para tristeza de todos e incomododidad de muchos.
Como yo.
Anoche lavé y sequé mi ropa deportiva, para seguir con la vida y la rutina, como si nada (aca no ha pasado nada, no han cerrado nada, la aeróbica sigue y yo, debo seguir en mi camino hacia la regiedad).
Arreglé mi bolso con todo: buzo, toallas, artículos de aseo, cremas, etc.
Y partí, hoy...tipo 11:30...como siempre.
Me perdí en el metro. En la combinación de Sta. Ana con la línea 5, me metí en dirección Quinta Normal, y ni me lo cuestioné. Recordemos que el conservatorio está en Compañía.
Figuraba bajándome en la estación Cumming y cambiándome de andén, cuando ya daban las 12:03 minutos (too fucking late).
Llegué rajá y bajé, sin tampoco cuestionármelo, al tercer subterráneo, donde se supone que serán las clases, de ahora en adelante.
No les voy a negar que cuando me enteré de esta disposición, me cuestioné cosas del tipo: Ventilación del Recinto, o Niveles de Presion debido a la Profudidad y su Incidencia en la Actividad Física.
Susceptibilidades que había que aclarar en terreno.
Me perdí de nuevo, pero ahora dentro del edificio, que es bastante espeluznante en ciertos recovecos y absolutamente laberíntico, es que ni se imaginan. Ni yo tampoco, antes de que se me ocurriera aventurarme a bajar sin preguntarle nada a nadie.
Bajé y bajé, sin siquiera mirar si ya había llegado al subterráneo nº 3.
Llegué a unas extrañas salas absolutamente vacías, con el ruido constante de ¿calderas? o lo que fuese. Era terrible, demás que había una puerta directa al infierno en algún lado... o de más que se me aparecía un mutante de las cloacas.
Sin caer en desesperación, decidí volver a las escaleras, y hacer lo que debí haber hecho apenas llegué: preguntarle al conserje.
Pero resulta que ahora no podía encontrar las escaleras... y súbitamente me sentí en Resident Evil o en Dark Water o en Silent Hill, o en cualquier película de terror que utilice el subterráneo húmedo como subterfugio cliché para asustar.
Me di mil vueltas, hasta que encontré la puerta que daba a las escaleras, que era una puerta idéntica a todas las demás,... una de las razones de mi extravió.
Subí rauda...ni me pregunten que hora era en ese momento, era lo último que me importaba.
De pronto choqué de frente con un chico (ULTRA GUAPO) que llevaba en su espalda un estuche negro (probablemente un violín)...
Me puse más nerviosa que si se me hubiera aparecido Sadako en el subterráneo.
Era guapo, si. Y además tenía bastante más gusto para vestirse que la mayoría de los estudiantes de música, cuyas vestimentas no caben en ningún calificativo, excepto el de souless.
Son ultra talentosos ¿ya?, eso no lo pongo en duda, de hecho los admiro y envidio un poco por tocar la raja un instrumento, pero ¿no han pensado que gran parte de ese talento es porque ocupan el 99% de su tiempo en ensayar y jamás en mirarse al espejo antes de salir de sus casas?...
Tranzan onda por virtuosismo... y que más cool que ser músico la raja y ondero más encima...pero eso lo se yo, que estudié diseño.
En fin, esto es tema para otro post.
Prosigamos. Guapo y su violín...en eso quedé....
Me miró con ojos de huevo frito, y me preguntó que qué cresta andaba haciendo allá abajo.
Traté de explicar, de la manera en que sonara menos hueco, que venía a hacer aérobica al templo de la cultura, en donde todos estudian sus tan artísticas carreras, mientras yo bajo los rollos.
Me dio vergüenza, lo asumo.
Se quedó pensando un segundo y me dijo que no tenía idea de qué le estaba hablando (sonrío maravillosamente) mientras yo quería irme de cabeza a buscar esa puerta al infierno...
Me quedé callada un micro segundo, y le dije que se suponía que el asunto era en el tercer subterráneo.
Bueno, resultó que estábamos parados conversando en el 3 er subterráneo, así es que volvió a sonreir maravillosamente, y me dijo que ya se imaginaba dónde podía ser la clase...
Lo seguí, pensando todo el rato en que lo mejor era subir hasta el casino y tirarme por la ventana.
- Debe ser en la sala del fondo, en la 11 - me dijo con su tb maravillosa voz. Yo sonreí estúpidamente.
- ¿Escuchai el punchipunpunchipun? demás que es ahí - Se río.
Horror.
Música de aeróbica, pensé. Que horrorrrrr, es una blasfemia, mientras que en todas las salas de alrededor habían alumnos prácticando sus increíbles instrumentos, tocando increíbles piezas musicales, yo iba a una clase de aérobica, que contaminaba el ambiente con su espantoso punchipun.
- Aaaah si, demás que es ahí..buueeno, gracias... -
Y huí... a mucho pesar.
Llegué a la sala, que era 1/4 de la sala del centro deportivo.
Estaban las minas ahí, saltando todas apiñadas. Sin steps, sin colchonetas...- Seguramente no las han trasladado todavía - Pensé. Sin embargo es probable que jamás lleguen...tratándose de la U. de Chile.
- Profe, ¿dónde me puedo cambiar?-
- Uuuh, la verdad es que no tengo idea-
La raja esta hueá. No tengo dónde ponerme el buzo y más encima, no saco nada, porque ni siquiera quepo en la sala.
Me fui toda desmoralizada, a desmoralizarme más espiando las salas de ensayo en donde todos tocaban algo diferente...: piano, xilofón, violin, saxo, etc etc etc.
En una sala, me quedé pegada mirando a un grupo de cámara que tocaba una pieza muy barroca con clavicordio, viola da gamba, flauta y bajo continuo...increíble.
Me senté en la escalera de entrada a pensar en mi futuro gimnástico. Y llegué a conclusiones super profundas, que derivan mucho del tema incial, como por ejemplo: me afecta un poco la moral venir al conservatorio, porque en cierto modo, las disciplinas artísticas me tocan un fibra muy sensible, una cierta frustración... que mal elegí mi carrera ... no tendría que estar viniendo a una estúpida clase de aérobica si estudiara danza, .... mi futuro sería tan diferente ... y así...cosas por el estilo.
Le conté esto al Ale, y nos pasa algo super parecido.
Ir al conservatorio sin ser parte de él, es TEMA.
En fin.
Ya enrabiada, estaba tomando mis cosas para irme y ponerle fin a esta nefasta experiencia, cuando de pronto me choco de cara con la persona que tal vez me ha provocado más deseperación en la vida, del tipo de persona que me desesperaaa sólo porque existeeee, por su voz, por cómo habla, ...desesperación kármica.
Tenía que encontrarme con ella, para el broche de oro del día de hoy.
No había nada de qué conversar, así es que la tortura duró menos de lo que esperaba.
Ya en el metro, pensé en que cuando venga el miércoles, prescindiré de casi todo lo que solía llevar al otro gimnasio, porque no hay duchas ni nada...
Buscándole el lado bueno a todo esto, por lo menos el bolso irá más liviano.
4 comentarios:
oye lola...
pero si la wea es encontrarte con el violinista denuevo!!!!
como no le pediste el fotolog!!!! o el blog! o el flickr!!!!
hahaha
o el mail en el caso mas desesperado
HAHAHAH
puta mal.
y demas que olia maginifico y tenia manos magnificas..
yo que tu iva en calzones a hacer aerobica.. haber si te toman por musa y te agarras un mino como Dior manda.
eso.
disculpa las faltas de ortografía.
oye que tal si me cortas el pelo y yo te ayudo con el layout del blog?
un trueque por asi decirlo
YAPO posetea oo
AMO LOS ÑOQUIS
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